De Su Eminencia TIKHON,
Arzobispo de Omsk y Siberia,
Arzobispo de Omsk y Siberia,
Presidente del Sínodo de Obispos
de Iglesia Verdadero-Ortodoxa
Rusa
CRISTO HA RESUCITADO!
¡Queridos en el Señor,
Hermanos Archipastores, Padres, Hermanos y Hermanas!
En este radiante día de la Resurrección de
Cristo, nuevamente, y una y otra vez, nos regocijamos, porque nosotros, los
cristianos, nos hacemos participes de la Vida Eterna , concedida a nosotros por el Vencedor
de la Muerte ,
el Salvador y Redentor, Nuestro Señor Jesucristo.
En nuestros difíciles tiempos, no
es fácil animar al corazón a la santa alegría en el Señor. Como escribió el
Arzobispo Serafín de Chicago, “¡Lúgubre noche espiritual del mundo! Pusilánime
parece, porque no habrá un amanecer. Otros ya vislumbran que esta cerca la
venida del anticristo y con el se aproxima el fin del mundo. Sin duda, nunca la
humanidad ha estado tan próxima a la perdición. Signos preocupantes se
multiplican más y más, a cada año. Muchas almas cristianas son espiritualmente
devastadas... Los poderes de la oscuridad… han fabricado a muchos tibios. Y a los tibios,
el Profeta del Apocalipsis les ha vaticinado algo terrible: “Yo conozco tus
obras, que ni eres frío ni caliente;… Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni
caliente, te VOMITARÉ de mi boca.” (Apocalipsis 3:15-16). ¡Terribles palabras!
Es aterrador vivir en un mundo de tibieza”
¡Hermanos y hermanas! Todo esto,
tanto nosotros, como vosotros, conocemos y tememos, sin embargo, el recuerdo del
fin del mundo, y acerca de las terribles palabras apocalípticas, no hará que,
hoy, los tibios se tornen en calientes, permitamos este temor, aunque nos aterre,
pues sirve de fuente para nuestro celo por Dios y para inmenso regocijo en
Aquel, Quien ha resucitado de entre los muertos, ha vencido la muerte. La
garantía de esta santa esperanza, es para nosotros, la noche presente. Ella no
es lúgubre, ella es salvadora y luminosa – ángel del día luminoso, tal como es cantado en
el Canon Pascual, ella es la promesa de salvación para aquellos que arden en el
espíritu por el Señor. Luego de los grandiosos y trágicos acontecimientos de
las Pasión de Cristo, luego de los sufrimientos en la cruz, el triste espectáculo
en el Gólgota, luego del dolor por la crueldad e injusticia humana, y por el
pecado personal, luego de días de tristeza, hoy no podemos mas que regocijarnos,
y radiantemente exultar: ¡Cristo ha resucitado! Como el sol radiante que con su
luz dispersa las tinieblas y la oscuridad impenetrable, de la misma manera, la
luz resplandece desde el sepulcro, - Cristo Vivificador, con su insurrección,
disipa la oscuridad de la ignorancia, la amargura de nuestra vida pecaminosa,
ilumina la desolación de nuestra vida terrena. Nuestra salvación eterna ha sido
alcanzada: “Cristo ha resucitado de los muertos; siendo primicia de los que han
reposado” (1 Corintios 15:20). Y como Cristo vence a la muerte, de la misma
manera, con el Poder de Dios, por nuestro celo y por nuestra propia voluntad,
es vencida la tibieza en nuestras almas, cada día debemos preocuparnos por
mantener el calor espiritual en el Señor, para ser fieles hijos suyos.
“Hay dos fuegos, por cual la
gente arde, - explica el Metropolita Antony, de Bendita Memoria, - Primero es
el fuego de la Gracia Divina ,
así los Santos Padres rezaban siempre por si mismos y por el prójimo, para “que
la Gracia Divina ,
que siempre cura las enfermedades y suple las deficiencias”, no los abandone a
ellos y al próximo. “Fuego de Fuego” es la gracia del Espíritu Santo, que quema
como fuego a todo lo inservible, dejando solo al oro. Quienquiera que toque
este Fuego, - se quema. Pero también se quema quienquiera que toque el fuego
del pecado, y en este sentido, el fuego del pecado y el Fuego Santo tienen algo
en común: la persona se quema por el fuego que ha tocado. Los Santos Padres
ardían a causa del Fuego Santo. Nosotros, por supuesto, no podemos ni
imaginarnos aquel ardor, en tamaña abundancia de la Gracia , cual asimila a los
justos, de tal manera que el Fuego Santo flamea en sus corazones, pero también,
en nosotros hay momentos de ternura espiritual, donde nuestros corazones son
encendidos por el Fuego Santo. Y a medida que estos momentos se tornan mas
frecuentes, gradualmente este Fuego se
hace nuestro. De Él, participamos en la Comunión y en la oración ferviente”.
Por lo tanto, este es nuestro
camino hacia Dios, este es el camino hacia el Fuego Divino, una gradual
ignición a causa del fuego de la Gracia
Divina.
Como una novia en el día de la
boda firmemente da su voto de fidelidad al novio, al regocijarse por ser unida
a él, de la misma manera, hoy, al regocijarse en el Señor, el alma cristiana,
en su interior, da un voto de la fidelidad a Cristo. Una estricta adhesión a
Él, durante todos los males de la vida, en momentos de tentaciones y seducción,
en los días de sufrimiento y pusilanimidad, - la fidelidad a Dios debe ser nuestro
objetivo y nuestra fortaleza. No entreguemos a la indiferencia, en los momentos
duros de la vida, a esta noche radiante, y esta alegría pura que nos envuelve,
y al voto de la fidelidad que pronunciamos en estos momentos de emoción y
elevación espiritual. Para que esto nos preserve de la caída, nos fortifique, al
estar inclinados bajo el yugo de las pasiones y adversidades, nos haga siempre
retornar a Dios y pedir su asistencia. Que el recuerdo de la Alegría Pascual nos conduzca a
servir a Cristo, durante toda nuestra vida.
La alegría yace en los
fundamentos del Plan Divino sobre la Resurrección , esta noche es alegre, alegres son los
días siguientes, alegre es en toda nuestra existencia, porque hemos recibido la
promesa de Vida Eterna. Recordemos aquello, que el Santo Jerarca Innokenty de
Kheson dice acerca de la alegría de la Resurrección : “Sin Jesús: ¡Regocijaos! (Мateo 28:9) - no hubiera habido alegría en el corazón
de los Apóstoles; sin Jesús: ¡la Paz sea con Vosotros! (Juan
20:26) - no podría haber sido diseminada la paz sobre la faz de la tierra. Fue
necesario exclamar ante el Maestro Resucitado: ¡Señor y Dios mío! (Juan 20:28) - y luego aun morir por el Señor y
Dios. La Resurrección
ha confirmado en la fe a los Discípulos, al engendrarlos, como dice San Pablo,
en la esperanza viva. Sin esto - no
habría sido llevada la voz de la predica apostólica, y el mundo no hubiera
conocido la cruz – Atenas y Roma
hubieran permanecido con su ídolos - con su Dios
desconocido (Hechos 17:23)”.
¡Hermanos y Hermanas! Con todo
nuestro corazón, con todo nuestro ser, tratemos de permanecer fieles a Nuestro
Salvador, tan caro ha sido el precio que ha pagado por nosotros, por cual nos
ha librado de los terribles tormentos del infierno, y no solo nos ha concedido la
Vida Eterna , pero incluso nos ha otorgado
el inmenso regocijo de la comunión con Dios en el Cielo, y una firme esperanza
en la tierra! Para que de este modo, algún día, podamos marchar al paraíso con "pies
alegres” - tal como es cantado acerca de los justos en el canon – “glorificando
la Pascua Eterna !”
Porque:
¡EN VERDAD CRISTO HA RESUCITADO!
+Tikhon
Por
la gracia de Dios Arzobispo de Omsk y Siberia,
Presidente
del Sínodo de los Obispos
de
la Iglesia
Verdadero-Ortodoxa Rusa.
Resurrección de
Cristo, 2013